Beneficios del sauna : Hay pequeños hábitos que nos ayudan a mantenerlos en buena salud, y los baños de vapor son uno de ellos. La sauna es una terapia antigua de desintoxicación y de cura del cuerpo y la mente. Actualmente es muy fácil acceder a una, ya que los gimnasios que tienen piscina normalmente también tienen una. De hecho tienen de varios tipos de saunas: saunas de infrarrojos, sauna húmeda, sauna seca, baño turco, sauna finlandesa.

Tras hacer un poco de actividad física, es muy común entrar en una un ratito. Pero solemos ver a personas jóvenes o adultas. Es raro encontrar personas mayores en una sesión de sauna. Por eso, queremos explicaros todos sus beneficios y animaros a ir con la gente mayor. Sea la edad que sea, si se hace con responsabilidad, tiene grandes ventajas. Pero antes, veamos cómo aparecieron este tipo de baños.

Sauna en la antigüedad

Aunque nos de la sensación de que son famosas desde el siglo XX aproximadamente, la sauna y las cabañas de sudoración tienen una larga historia de uso en muchas sociedades diferentes. Desde los países nórdicos hasta Centroamérica han utilizado la terapia de la sauna como un medio seguro, de liberación y de limpieza a lo largo de los siglos. Un ejemplo claro sería Finlandia, donde se utilizan desde hace más de 2000 años y no es raro que la mayoría de casas dispongan de una sauna propia para disfrutarla de forma regular.

Aunque las razones de su uso fuesen otras, las saunas tienen grandes beneficios. De hecho, el calor que desprende por sus altas temperaturas tiene un efecto profundo en el corazón, cerebro y piel, a parte de que nos ayuda a liberar las toxinas de metales pesados de nuestro cuerpo.

Hoy en día, estamos expuestos a numerosas toxinas, por esto es muy importante para nosotros practicar medidas simples de desintoxicación de forma regular. Además, muchos investigadores han determinado que acudir regularmente a la sauna reduce el riesgo de demencia, Alzheimer y enfermedades de corazón, patologías muy relacionadas con las personas mayores.

Beneficios de la sauna

Una sauna nos ayuda a relajarnos y puede tener otros beneficios para la salud cuando se utiliza de forma segura. Normalmente se trata de un cuarto donde la temperatura está entre 70° y 100° centígrados o entre 158° y 212° Fahrenheit y utiliza calor seco con un poco de humedad. Cuando una persona usa una sauna, la temperatura de su piel aumenta y comienza una sudoración intensa.

Algunos beneficios significantes de la sauna incluyen:

  • Elimina las toxinas del cuerpo
  • Reduce los niveles de estrés
  • Aumenta y mejora la circulación
  • Reduce el dolor muscular
  • Mejora el movimiento de las articulaciones
  • Alivia el dolor de la artritis
  • Mejora la salud cardiovascular
  • Promueve la curación

Por lo general, el uso de la sauna es seguro, pero puede no ser apropiado para todos. Consulta siempre a un profesional médico e infórmate antes de acudir a una sauna.

Tipos de saunas

Hay varios tipos de saunas basados en cómo se calienta el cuarto. Algunos tipos incluyen:

Calentador eléctrico: Se trata de una sauna con un calentador eléctrico instalado en el suelo y con un nivel bajo de humedad.

Infrarrojos: Se trata de una sauna con lámparas especiales que emplean ondas de luz para calentar el cuerpo de la persona en lugar de calentar todo el cuarto. También se conocen como saunas de infrarrojos lejanos (FIRS, por sus siglas en inglés). La temperatura suele ser de unos 60° 

centígrados, 140° Fahrenheit, y más bajas que otras saunas, pero te permiten sudar de forma similar.

Sauna de leña: Se trata de una sauna que se calienta con madera y piedras de sauna y suele tener altas temperaturas y niveles bajos de humedad.

Sala de vapor: Una sala de vapor se diferencia de una sauna en que utiliza vapor. A diferencia de la sauna, que utiliza calor seco, la sala de vapor proporciona calor húmedo.

Riesgos comunes

Podrías correr riesgos con el uso de la sauna si tienes las siguientes condiciones. Siempre consulta a un médico antes de acudir a una sauna si:

Tienes hipertensión o problemas de corazón. Las saunas hacen que tu corazón trabaje más de lo normal.

Tienes condiciones médicas conocidas. Algunas de estos incluyen hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas, ritmo cardíaco anormal, angina y otras condiciones.

Acabas de hacer ejercicio. Después de hacer ejercicio vigoroso, primero permite que tu ritmo cardíaco disminuya a niveles de reposo.

Recientemente consumiste alcohol o drogas recreativas. Utilizar la sauna después podría afectar tu corazón, alterar la sudoración y producir sobrecalentamiento.

Estás tomando ciertos medicamentos. No uses una sauna si estás tomando medicamentos que interfieren con la habilidad que tiene tu cuerpo de regular la temperatura o que puedan causar somnolencia.

Estás embarazada. El uso de la sauna durante el embarazo puede causar mareos, deshidratación o disminuir la presión sanguínea.

Consejos de seguridad

Si puedes utilizar la sauna sin problemas, ten en cuenta los siguientes consejos de seguridad:

Las sesiones deben ser cortas. Puedes aumentar tu tolerancia al calor a lo largo de varias visitas.

Limita las sesiones de 15 a 20 minutos. Incluso las personas sanas deben limitar su tiempo de 15 a 20 minutos en una sauna.

Observa cómo te sientes. Si eres sensible al calor, te sientes mareado, con náuseas o empiezas a sentirte incómodo, sal de la sauna inmediatamente.

Mantente hidratado. Siempre hidrátate de antemano y bebe de dos a cuatro vasos de agua fresca después de cada sesión. Bebe agua mineral o jugo para reemplazar los electrolitos perdidos a través de la sudoración.

Utiliza el sistema del amigo. Trae a un amigo o miembro familiar contigo en caso de que ocurran problemas.

Beneficios del sauna 

Quítate las joyas. Las joyas de metal, incluyendo anillos y aretes pequeños, pueden calentarse muy rápidamente y causar irritación o quemaduras en la piel.

Protege tu cabello. La sauna puede dejar los tallos de tu cabello secos y quebradizos. Puedes protegerlo con una toalla o gorro de ducha.

Vístete adecuadamente. Será bueno usar ropa suelta, un traje de baño o una toalla, ya que la ropa pesada puede provocar sobrecalentamiento.

Descansa y refréscate después. Acuéstate o siéntate por lo menos 10 minutos, luego dúchate con agua fría para ayudar a que la temperatura de tu cuerpo vuelva a niveles normales.